lunes, 6 de julio de 2009

Lejos de mí...

Me he alejado de mí. He elegido caminos que me llevan lejos de mi "yo". Me veo lejos, muy lejos. Caminé hacia donde no sabía y lo hice sin mirar atrás. La música enmarcó el momento y una sonrisa era el único paisaje que se podía sentir entonces.

A pesar del sobre-equipaje entre orejas, ya estoy--eso creo--del otro lado del salto cuántico. Fue un dolor dulce que se ha convertido en un alivio perdurable.

Es curioso cómo cuando te alejas de ti, te acercas a ti. ¿Ya lo pensaron? El simple hecho de retirarte de tu ser, te coloca única y ineludiblemente, de nuevo contigo; solo, pero contigo.

Ese punto en el no-espacio llamado "yo", y todas sus posibles acepciones y relaciones, son la cuestión.

En esas me encuentro, descubriendo que esto es un círculo, un ciclo. ¿Qué raro no? Una vez más, resalta nuestra estrecha relación con la naturaleza, a pesar de que la ignoremos y la menospreciemos tanto, dentro de una urbe como ésta. Ojalá nunca olvidemos que de ella venimos y hacia ella vamos.

En esta etapa, me pregunto: ¿Será posible que uno pueda alejarse tanto de uno mismo que deje de sentir todo? ¿Será posible omitir los sentidos y los pensamientos y los ruidos y el pasado y el futuro? ¿Será posible pausar a placer esa máquina automática de interpretación sensorial que nos regaló el creador?

No lo sé. Pero qué divertido será buscar respuestas y compartir. =)

Bienvenid@s.

No hay comentarios:

Publicar un comentario