domingo, 27 de junio de 2010

La más sana de las victorias

Así como así, ese día te levantas y todos los dimes y diretes con tus demonios las pasadas semanas, meses o años ya no existen. La conversación interna cedió el paso a una calma extraña, a un silencio interno que deja a ese tema en paz y le permite a tu ser acudir a una cita anunciada pero poco buscada y que por fin se da.

El desayuno, la comida y la cena se convierten en un concierto único de lo que sabes bien que debes comer, gracias a todo lo que hubiste ya leído, estudiado y meditado. Las horas de en medio se vuelcan contra ti en una tensa calma que hábilmente rompes con las ocupaciones que a ti te plazcan. Afortunado serás si encuentras en esos días la ocupación necesaria que lleve tu mente a un lugar alejado de tu estómago y su anquilosante necesidad.

A lo largo de ese día y de los próximos, comienzas a romper la tela que parecía una pared. Te colocas por delante, te observas y te reconoces con una nueva idea. Te ubicas. El calor de tu persona te abraza, sabes que estás por el camino correcto y que nada te podrá detener por que tú te encargaste de hacer a tus demonios nada, los dejaste atrás.

La plenitud de saberte del otro lado, después, es inigualable. Tu nueva perspectiva te lleva a un camino de muchos que comienzas, como por ejemplo, el de auto respetarte, el de venerar a tu cuerpo y quizá hasta llegues a reconocer que él es el santuario más bendito que a ti te encargaron cuidar por un tiempo; ahora honras esa encomienda, reconoces que es una maravilla en tus manos.

Y así como así, ese día tomas responsabilidad de tu salud, ese día te das cuenta que cuando decides, tú decides y te decides. Tu vida toma un rumbo de calidad, cuidando tu ser, desde muy dentro, comenzando a sanar tangible e intangiblemente; sólo para ti en apariencia, sin darte cuenta que también es para todos los que te aman.

Felicidades si ese día te ha llegado. Felicidades si ya ha pasado. Felicidades si sabes que va a pasar por primera vez y felicidades si vas por la revancha.

Enhorabuena vencedoras y vencedores.

martes, 15 de junio de 2010

Nuevas arenas

El acto de crecer es involuntario, me refiero al sentido estrictamente de la edad y el físico. Cuando se trata de _crecer_ en verdad, ya se van necesitando muchas más cosas que sólo dejar pasar el tiempo.

La realidad se va ajustando conforme avanzamos y los campos que antes creímos únicos dejan de serlo. Da gusto encontrarse nuevas tierras y nuevos puntos de apoyo en donde colocar las manos y los pies para poder caminar.

Observar al rededor ha sido crucial en los últimos días, el margen en mi cabeza respecto a las nuevas arenas en las que se pelea el talento y los nuevos medios de expresión para los reales artistas (que me he dado cuenta que abundan, afortunadamente) se ha incrementado; y al margen me da gusto encontrarme con medios tan dinámicos y tan frescos que reflejen la naturaleza del ser humano. Sí, me refiero a la ola twitter y a todas esas cosas que suelen englobar como web 2.0.

¿Cuánto tardamos en darnos cuenta de una moda y cuánto más tarda en pasar de serlo? Así de rápido avanzamos y nos recreamos. La social media y las nuevas herramientas están permitiendo algo que era inconcebible hace algunos ayeres: comunicar directamente las mentes de muchas personas en todos sentidos. Da gusto cómo ver que el concepto está siendo respetado por sus creadores y se mantiene fiel a su diseño simple y eficaz que imita puramente a la naturaleza, sin complicaciones.

Ha comenzado una nueva era de expresión en donde el mayor de los beneficios es el surgimiento de una nueva cultura de la eficacia en el pensamiento, de la síntesis de opinión y la calidad en los contenidos. Todo mundo está pendiente de cómo se desarrolla y está agregándose al movimiento, sacando lo mejor de sí para darse al mundo.

Alguna vez pensé que para que el mundo fuera realmente competitivo, debería existir una única moneda con la que cada nación pudiera contar para poner en fair-play su calidad y su competencia con la del resto del planeta. Cada vez observo menor posibilidad de lograr eso con los dineros existentes. Si bien es cierto que la creatividad siempre ha existido, nunca un medio en el que ésta pudiera ser expuesta tan directa y velozmente a todo aquél observador que pueda darle valor. Esto, para mí es esa plataforma 2.0 que hoy está creciendo y que se está volviendo la verdadera razón por la que el Internet revolucionará nuestra humanidad.

Las eras pasan y me siento orgulloso de una generación de humanos que está haciendo su chamba ante los años, creciendo y madurando pero sobre todo, colaborando y cohesionando hacia el estado perfecto de los humanos: la unidad.

jueves, 6 de mayo de 2010

Dos corazones dentro de mí

Cuando te despiertas y no sabes qué depara el día es hermoso.

Lanzarte al ruedo con incertidumbre tiene su encanto. Un encanto que no todos aprecian o, más bien, un encanto que a muchos les es incómodo cuando es continuo. Aquí sí aplica el "nada con exceso, todo con medida".

Bien pues, si algún día se topa uno con una noticia que no es del todo favorable, viene la actitud de tomarlo estoico pero aún más importante, el momento de la verdad para descifrar el camino que se habrá de seguir para acomodar el destino revelado a uno más parecido a lo que se deseaba que fuera momentos antes. Cuando no hay nada que hacer, para qué me mortifico. Pero cuando sí, manos a la obra.

Cuando los deseos y sueños se entrelazan con el de la gente que amas, entonces el camino se empieza a poner más sabroso. Una capacidad hermosa de los humanos es que podemos sentir un corazón latir dentro de nosotros pero tenemos la elección de dejar entrar otros corazones y hacerlos nuestros latidos y así, cuidarlos también. ¿Te has puesto a pensar cuántos corazones laten dentro de ti?

Esta semana encontré e hice honores a dos de los que tengo adentro. El primero natural, mi madre. La entrañable, la decidida, la fortísima. Su sueño gastronómico se nos escapaba de las manos esa mañana, la puerta a la luz se cerró por instantes y vimos cómo ella seguía siendo fiel a estos tres de sus miles de características. Yo, fiel a mi característica racional, recurrí a la fuerza del argumento ante aquel que controlaba el cerrojo. Diciéndole "soy tú mismo", la puerta abrió y mi segundo corazón latió más fuerte, alegre, decidida a caminar en la dirección de sus propios sueños, haciendo de mi realidad un sueño.

Otro de mis corazones pertenece a ella. La real, la que es entera, la honesta. Esta semana creyó en un lugar, un lugar para crear su magia, un lugar para abrazar su ser y en el que compartiera conmigo su aquí y ahora. Yo también lo creí. La osadía y la calma combinadas han enseñado a estos dos corazones a coexistir como uno, a buscar con ahínco y a defender su crecimiento. Sin perder el suelo de vista, nos adentramos en una lucha por encontrar el cielo, ofertamos nuestro tiempo y nuestras ganas. Juntos definimos el primero de los horizontes que visitaremos, bastaron las prácticas y las pláticas para formarlo y henos aquí. Pilotando juntos una nave que zarpa sintonizada con pura verdad. Par de corazones en armonía, en alta mar también.

Cuando te despiertas y no sabes que ese día sentirás otros corazones dentro de ti latir, es hermoso.

miércoles, 31 de marzo de 2010

De caminos y v(h)eredas

De chico, las tardes transitaban entre la comida de mamá, los berrinches de algún hermano, la llegada de papá y el abrazo de su presencia juntos. En aquellos tiempos y desde que uno nace los pasos que uno sigue son válidos, recios, definidos. La escuela, el tiempo en la casa, la familia y los momentos ahí tienen un aire de seguridad, detranquilidad. La vida sigue y uno, si es bien guiado, transita por la calma y el cobijo de decisiones adultas que definen el curso y dejan trabajo justo para que la tarea de crecer se vaya realizando.

Es difícil aceptar cuando ese proceso inicial de la vida adulta, está llegando a su final. La adolescencia pasó, el tiempo de escuela se terminó y ahora uno se ve inmerso en un camino, un camino parte andado por ti y parte andado por quienes tomaron las decisiones antes que tú. Esa edad en donde no sabes si la carrera que acabas de terminar es tu verdad, donde no sabes qué tanto es tu vida o la vida de tu familia la que estás viviendo. Todo eso, debe terminar, por un proceso natural.

Un asunto difícil y una cuestión importante, es que duele el proceso. El proceso toma años y deja huellas; huellas en ti y huellas en otros. Sabes que ya no puedes seguir ciegamente los pasos de la familia, sabes que ahora es tu decisión la que te afectará el resto de tu vida y de las que vienen contigo. Sabes también, que aquello que creías la culpa de alguien más ya no importa, ya no es así. Y, si quieres, haces algo al respecto.

Mis honores a todas aquellas personas, hombres y mujeres, que tarde o temprano se dan cuenta de este desajuste de lo perfecto, de este hueco en la comodidad que cada día se va haciendo más grande. Mis respetos a quienes con decisión, moldean poco a poco esta verdad, vuelven su realidad en algo realmente suyo, decidido por ellos y ellas, con bajadas y subidas, pero suyo.

Gracias también a todas las familias, sin importar si están "completas" por proveernos la vida y la vía, la cama y la calma, con todo su esfuerzo puro y honesto. No pidan disculpas por que hemos pasado por donde transitamos, al contrario, observen que con todo hemos estado juntos, que _hemos_ crecido de la mano y beneficiado al mundo de todas maneras. Lo que ha sido, fue y lo que habrá de ser, que sea, de su mano, de nuestras manos, con todo el amor y las ganas para salir a vivir y convivir.

Hace poco, caminando por la montaña, un amigo me enseñó que de vez en cuando, hay que observar el camino andado por varias razones. La principal es no perderte. Mientras decidimos caminos por la vida, hay que reservar pequeños lapsos para observar hacia atrás, reconocer y marcar grabado en la mente cómo luce el sendero desde otra perspectiva para que no te pierdas. Observa bien y dedica tiempo de calidad a esa observación; sé un experto en la manera cómo tomaste las decisiones y si es pertinente, cambia para bien. Al final, sólo habrás recorrido un camino que te hará orgulloso de haberlo tomado, por que, adivina qué... es el camino que iniciará el recorrido de los que vienen detrás de ti. Ley de vida.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Our deepest fear

Quise conservar este fragmento de sabiduría de la señora Marianne Williamson en su libro "A Return To Love: Reflections on the Principles of A Course in Miracles" que espero algún día leer.

"Our deepest fear is not that we are inadequate. Our deepest fear is that we are powerful beyond measure. It is our light, not our darkness that most frightens us. We ask ourselves, Who am I to be brilliant, gorgeous, talented, fabulous? Actually, who are you not to be? You are a child of God. Your playing small does not serve the world. There is nothing enlightened about shrinking so that other people won't feel insecure around you. We are all meant to shine, as children do. We were born to make manifest the glory of God that is within us. It's not just in some of us; it's in everyone. And as we let our own light shine, we unconsciously give other people permission to do the same. As we are liberated from our own fear, our presence automatically liberates others."

Me encantó, lo escuché en la película "Coach Carter" y me quedé anclado a él.

Vaya que cuesta trabajo encontrar la costumbre de escribir pero hoy he dado un paso más hacia ese objetivo.

Hasta pronto.