martes, 6 de octubre de 2009

¿...el amor...?

Me asombra la facilidad con la que un pensador puede perderse entre tanta teoría inconclusa en esta vida, escudriñando entre miles de misterios mal usados (o bien usados) en pos de tantas cosas tan diversas. Lo cierto es que cada persona asigna lo que, particularmente, mejor le acomoda a las tramas que no tienen definición absoluta y de eso, temo a veces formar parte aunque no lo pretenda.

De las cosas que están fuera de nuestra comprensión, los misterios de la vida, aquellas incógnitas eternas que han dado y seguirán dando vida al buscador, que
energizan las almas de aventureros inconformes, me ocupa por ahora una de ellas: el amor. Interesante por naturaleza, insaciable y fundador, maleable y firme, todo un caso.

Clavémonos un poco. La verdad es que todos hablamos de él. La verdad es que todos lo buscamos. Pero, ¿por qué?, ¿para qué?. Gente dice: "el amor da", "el amor duele", "el amor es incondicional", "el amor... el amor...". Mucho se ha escrito, cantado, llorado, gritado y hasta callado al respecto. La mujer tiene una historia, el hombre otra. Los compositores una historia distante de la que los reos podrían contar. Pero todas, convergen en la misma palabra. Curioso ¿no?. Cada quién tiene una manera de verlo, de vivirlo, de denunciarlo... pocas convergen, todas emergen.

Habrá quien incluso podrá señalar que algo tan complejo no puede
categorizarse; he de disculparme con aquél pues lo he encontrado tan interesante que debo hacerlo, al menos para aclarar mis ideas y poderlas exponer en un mejor sentido.

Hay veces que sólo sientes amor por sentirlo, incondicionalmente. Es un lazo invisible por todo aquello que significa tanto para ti que no requiere más explicación que la que ya conoces... "es mi papá", "es mi hija", "es mi
abuelito"... nada más que agregar. En principio, se declara que el amor existe por que sí, por que queremos. Del otro lado, amamos por que algo nos llamó, algo que podemos explicar y podemos orgullosamente contar: "amo a mi novio por su inteligencia", "la amo por que es bellísima", "es mi amor por que me cuida", "le amo por que me ha besado"... asignamos nuestro amor con base en algo que alguien o algo es o hace y en cierta manera, es condicionado mientras eso exista.

Si algo no me falla, todos nos vimos reflejados en ambos contextos. El primero es hermoso, sin falla, natural y dictado por alguna inteligencia superior que no entendemos... el segundo, también. Uno nos brinda momentos de alegría que deberán siempre ser mayores que los momentos de dolor, para que éste pueda subsistir... el otro, también. Podemos responsabilizarnos de alimentar ambos o podemos dejarlos morir en nosotros. Podemos resucitarlos y escribir de ellos para que otros los entiendan. Los dos tan nuestros y tan ajenos.

El amor no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Además, no podemos negar que si algo tiene el amor es redondez... es completitud... es balance. Cierto es que nuestra vida no estaría como lo es hoy sin estas dos maneras de entender el amor. Pero ¿cuántos de verdad hemos pensado a fondo qué significa para cada quien?

Observemos que el amor es una reacción a un llamado, cualquiera que éste sea. Observemos que el amor es una decisión ante un evento o situación determinado. Observemos que consta siempre de muchas facetas, tantas como nosotros le designemos... si hoy decimos que tiene dos caras como una moneda, mañana tendrá una cuarta faz y el día siguiente volverá a ser de dos, si así lo deseamos. Está en nosotros hacerlo rico y descriptible, ameno y contagioso.

El equilibrio es su fundamento y es equilibrado porque no es una invención del humano sino de la misma naturaleza. El humano que lo comprenderá es aquél que logre ver la paz detrás de la alegría y el dolor al mismo tiempo, aquél que asigne justa medida al júbilo y endorse al sufrimiento una justa cuota de aprendizaje... es aquel que nunca pierda la luz de que el amor se trata de ambas cosas y todas, al mismo tiempo.

¿No creen que es hermoso observar lo que gente brillante tiene que decir al respecto del amor?... a mí me llama la atención que esto suceda puesto que me lleva más a pensar que sus acepciones de amor se enriquecen tanto como ellos mismos se han dedicado a enriquecerse. Una razón más para pensar que depende de cada uno darle brillo a ese sentimiento e invitar a enriquecerlo con base en lo que viene de adentro de cada uno y así, hacer de nuestro amar, nuestra obra maestra.

Invito a todos a escarbar en su interior, a utilizar con todo ahínco las neuronas para tratar de darle un mejor sentido al amor, a la vida misma. Creo firmemente que aquellas cosas que más entendemos son las que más disfrutamos, ¿por qué no hacerlo con el amor? Cualquier intento de hallar respuestas y encontrar más preguntas es sano y es gratificante, mucho más que adoptar la idea que alguien más plasmó en una película o en la letra de alguna canción... inventemos nuestra propia definición y gritémosla... compartamos que hemos dedicado un pedazo de vida a contribuir con ese sentimiento universal que nos mueve y que a diario vivimos de mil maneras.

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