martes, 31 de julio de 2012

Hasta pronto Don Alberto Tridente

Febrero de 2008


Europa enmarcó en mi vida un momento definitivo de crecimiento, de estirón. Las historias ahí enhebradas fundaron un nuevo yo dentro de mí y aún estos días retomo lecciones que no deberé olvidar.


En Turín la vida me mostró una vez más la extensión de la amistad de un hermano en la forma de un gran ser humano del que tengo los más gentiles recuerdos. Él, su esposa Anna y Omer, me brindaron en su casa un espacio caliente donde estar y disfrutar. Las vidas de Claudia y Davide se añadieron para hacer extensiva esa mano amiga, esa que me cobijaría también en Roma.


Con gusto recorrí todas sus pláticas, desde Regia Venaria hasta Piemonte, desde Fabulas per Omer hasta sus ideales social demócratas. Caminamos por rejas y baldosas, entre piedras y cerros visualizamos lo que antes fue mar y me enseñó más cosas de las que yo podía asimiliar en un sólo viaje como el aprovechar hasta la última ración de comida disponible y no desperdiciar ningún alimento que nos proveemos, gran lección que los tiempos de guerra le dejaron. Su principal característica, la de ser "un autodidacta insaciable" es algo que me dejó marcado y desde entonces me acurruco en esa idea para cada día intentar ser mejor.


En honor a su amistad le mostré lo más valioso que tengo; encontrándonos con él mi futura esposa y yo, al primer momento de tenerlo en México. Aunque fue fugaz, agradezco el momento que pudo estar con nosotros y conocernos en pareja. Un gran momento final pues ella pudo entender mucho de lo que yo le platiqué de aquellos momentos tan gratos y él, conocer de quien yo en mi viaje platicaba como un noviazgo novel pero de mucha calidad.


Desde entonces, siempre estoy listo para recibir y cobijar al viajero amigo, devolviendo todo lo que recibí y con un agradecimiento multiplicado con mi hermano Rubén y su familia a quien aprecio mucho pues también gran parte de ese crecimiento es definitivamente gracias a ellos.


La vida nos lleva por muchos caminos y yo estoy muy contento de haberme encontrado con Don Alberto Tridente de quien tengo los mejores recuerdos pero sobre todo, los mejores ánimos para ser un ejemplo y seguir adelante disfrutando cada momento y entregando todo lo que soy y lo que tengo a cada paso, siempre.


Ciao Don Alberto, nos vemos después.





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